Algunas al menos, imprescindibles en nuestra cocina diaria. Utilizadas con imaginación y prudencia, darás un toque especial a tus platos y mejorarás notablemente la técnica culinaria. Siempre es un aliciente en la cocina el poder experimentar con sabores diferentes. No obstante, antes que nada, repasamos algunas de las más conocidas y utilizadas.
Acedera:
Su sabor está entre el ácido y el amargo, no es simplemente una hierba. Puedes añadirla a la ensalada y emplearla como relleno de tortillas, pero no olvides ser pruedente en la cantidad.

Existen dos tipos la dulce y la fuerte. La dulce es excelente para acompañar tomates, berenjenas, pimientos calabacines, etc. Deliciosa también con el pescado azul. Son muy numerosas las recetas que la incluyen en sus preparaciones. Utiliza siempre que te sea posible la fresca.
Borraja:
Es una hierba de la que se utilizan sus flores y hojas. Las hojas picadas están muy bien para los caldos y para sazonar quesos blandos. Las hojas enteras se rebozan y fríen. sus florecillas se añaden al vino tinto y a la sidra.
Cebollino:
Tiene un delicado sabor a cebolla. Viene muy bien utilizarlo en platos de huevos y queso, ensaladas de lechuga y tomate y para dar color a platos desvaídos.
Cilantro:
Las hojas se utilizan mucho en salsas, currys y platos orientales. La cocina española antigua y la mediterránea han hecho uso muy frecuente del cilantro.
Estragón:
Existen dos variedades, el francés y el ruso. De ligero sabor anís, el francés es imprescindible en platos de cocina gala. Fundamentalmente en la salsa bearnesa, los huevos en gelatina y otros.
Hierbabuena:
Son muy numerosas las variedades. Entre los nombres científicos, se encuentra la mentha spicata y la villosa, son las más adecuadas par platos picantes. La mentha piperita va mejor con los dulces. Los ingleses no podrían vivir sin su salsa de m enta. Y unas hojas de hierbabuena dan su carácter al té moruno, así como a cócteles.
Hinojo:
El bulbo se emplea como verdura, las hojitas en forma de plumero como hierbas. Tiene un agradable sabor anisado, combina muy bien con los pescados grasos.
Laurel:
Tiene un sabor muy pronunciado pero aromático y agradable. Utiliza con prudencia. Forma parte del más clásico ramillete de hierbas. Una sola hoja de laurel perfecciona los estofados, las salsas, los guisos. También aromatiza sopas, cremas, arroces y mariscos. Imposible pensar en un adobo o marinada sin su correspondiente hoja de laurel.
Mejorana:
Existen dos tipos, la de hoja perenne y la de cosecha anual. Las dos tienen un sabor dulzón,que combina bien con los platos de carne, las pastas y las tartas saldas. Muy adecuado para sazonar diversos tipos de pizzas. Pruébala con la sopa de cebolla y las espinacas.
Orégano:
Variedad silvestre de la mejorana, tiene un sabor parecido, aunque más acentuado. Usalo en recetas a base de pasta italiana y de arroz. Te interesa espolvorear con orégano el cerdo y el pescado antes de asarlos a la parrilla.
Perejil:
Sin duda, la hierba aromática más difundida.Hay distintas variedades y entre las más comunes figuran el perejil liso y el rizado. El sabor se centra en el tallo. Es, además, una importante fuente de vitaminas. Emplea perejil en todos los platos que puedas tales como los estofados, guisos de carne, sopas, pescados, etc.
Perifollo:
Hierba de delicado sabor anís, es componente esencial del ramito compuesto conocido como "finas hierbas". Se forma conjuntamente y a partes iguales con perejil, cebollino, estragón y perifollo frescos. Un poco más picante que el perejil, armoniza con huevos, pescados finos, pollos y verduras.
Romero:

Salvia:
Es una hierba de sabor fuerte. Muy adecuada para platos pesados como el pato, el cerdo, pescados azules, etc. También sazona adecuadamente el requesón y los huevos con panceta. Arómatiza verduras y legumbres y, sobre todo, los tomates.
Tomillo:
De cálido y penetrante sabor, condimenta guisos, rellenos, estofados, salsas y un sinfín de alimentos más.
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